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| | TEATRO :
MAÑANA SE ESTRENA UNA NUEVA OBRA DE LA AUTORA DE "ART"
Repetición y diferencia
María Ana Rago
mrago@clarin.com
Así como no existen hechos, sino interpretaciones -según Nietzsche, claro-, tenemos que decir que de la vida sólo podemos conocer algunas de sus versiones y no una verdad única y total de cada momento. Porque vivir una situación supone no pasar por la experiencia de otras formas posibles de atravesarla.
Es entonces cuando aparece el teatro ofreciéndonos lo que la vida misma no puede darnos: aunque sea como espectadores, la multipremiada obra de Yasmina Reza que se estrenará en el Multiteatro, nos pondrá frente a tres versiones de un mismo encuentro que la vida les plantea a cuatro personajes.
Tres versiones de la vida subirá a escena desde mañana, protagonizada por un elenco que reúne a reconocidas figuras del espectáculo: Paola Krum, Luis Luque, Fernán Mirás y Carola Reyna.
Los cuatro conocen los aplausos recibidos desde un escenario, ya que transitaron las tablas en varias oportunidades. Sonia, Enrique, Huberto e Inés son los nombres de los personajes que asumirán y a los que ya les prestan el cuerpo, la voz y los sentimientos en cada ensayo. Esa criaturas recorren, con humor, acciones en las que a la tensión le cuesta ceder terreno. Cada pareja pasa por un conflicto particular y además, ambas pare jas chocan entre sí.
Clarín fue testigo de un ensayo de esta pieza y del buen clima que reina entre los actores y su director, Luis Romero (ver recuadro). Fue testigo de una de la versiones de la vida y de una de las versiones de los ensayos, que sucedió pocos días antes del estreno de la obra. Con frío, pero contentos, pasan letra y cumplen con las indicaciones del "Indio" Romero.
El matrimonio de Sonia (Krum) y Enrique (Mirás) recibe en su casa al de los Finidori: Inés (Reyna) y Huberto (Luque). Los protagonistas masculinos son dos astrofísicos: Huberto es jefe de Enrique, y éste arranca con una postura de obsecuencia y sumisión hacia su superior, que su esposa cuestiona.
Tres veces sucede en el escenario ese encuentro, pero las actitudes de los personajes varían en cada una. Son tres formas de atravesar la misma situación, que dependen del modo en que ellos mismos elijan enfrentarse a la realidad que se les presenta.
La pareja invitada llega a la casa de los anfitriones un día equivocado: por eso ni siquiera los reciben con una cena preparada; apenas unas pocas galletitas.
El acto inicial abarca una introducción y la primera versión de la vida, que culmina con la partida de los Finidori de la casa de Sonia y Enrique.
Después vendrá la repetición, pero claro, con variantes. "Al ver la totalidad de la obra, podemos entender la totalidad de cada personaje. En cada cuadro se pone por delante una faceta del personaje y eso ayuda a mostrar el enigma del ser humano", explica el director.
"Este es un viejo y anhelado proyecto", dice Carola. Hace años, no recuerdan cuántos, Paola y Carola fueron llamadas por Romero para hacer Tres versiones de la vida, pero por esas cosas del teatro, el proyecto se cayó. Agradecen que finalmente se haya reflotado la idea y que sean ellas mismas las que vayan a actuarla ahora.
Fernán había sido dirigido por el "Indio" Romero en El enemigo de la clase. Aunque no habían vuelto a trabajar juntos, mantuvieron una amistad a lo largo del tiempo. "Tenía ganas de trabajar con gente con la que me lleve bien", resume Paola y se suma al discurso de todos, que dicen estar cómodos y felices con el grupo.
Carola recuerda que su amistad con Romero se remonta a los tiempos en los que ambos eran discípulos de Carlos Gandolfo. "Tierna juventud...", añora. "Es un mundo dentro del mundo", es la figura que elige esta actriz para graficar la experiencia de juntarse a ensayar con gente que quiere. "Para mí esto es como estar salvados por el arte o hermanados por una locura", sigue.
"Me llamó Luis, me contó de este proyecto, me gustó el equipo, porque somos todos amigos y, a la vez, tenemos diferentes puntos de vista, porque somos todos distintos, y dije que sí", cuenta Luque. "Precisamente, la obra habla de la teoría del todo. Y la unidad sucede en la medida en que se juntan diferentes criterios", continúa. "Eso es lo que nos va a salvar y hacer que los valores más íntimos del hombre sobrevivan".
¿Qué les pasó cuando leyeron el texto? ¿Lo conocían?
Fernán: No, no lo conocía. Pero sí había visto varias veces Art (también de Yasmina Reza), y me parecía una autora impresionante. Esta obra es, al mismo tiempo, muy accesible y muy profunda. Maneja ese equilibrio que permite que te mueras de risa al verla, pero que después te vayas pensando a tu casa. Me fascina cómo dialogan los personajes.
Paola: Lo había leído la primera vez que se iba a hacer la obra. Desde entonces, me sé el libro de memoria... Es un texto muy misterioso. La primera impresión que te deja es que te gusta, pero no podés decir mucho más que eso. Incluso empecé a ensayar en medio de una gran incertidumbre, porque es un libro bastante pantanoso: hay que ahondar mucho para entender por qué los personajes hacen lo que hacen, a pesar de la apariencia simple de las palabras. Recuerdo que de Art me había gustado que tiene diferentes niveles de lectura.
Carola: Cuando la leí, me impactó. La sensación que te queda es la de un rompecabezas difícil de armar. Es un material muy abstracto, aunque el espectador no lo va a advertir. El porqué cada personaje dice lo que dice no está explicado en el texto. Nosotros lo encontramos, gracias al trabajo y la búsqueda.
Luis: Cuando la leí, sentí que había algo que me podía enseñar esta obra. Porque sostiene la teoría de que uno se para frente a las cosas y no las cosas frente a uno. Yo, en lo personal, creo que así es la vida. Hago teatro muy de vez en cuando, sólo cuando aparece algo que lo justifique y con una historia que tenga ganas de contar, como ésta: para mí el teatro tiene mucho de ritual, de entrega. Es un hecho único que desaparece cuando se terminó y a uno le va la vida en eso.
La pieza dispara distintas posibilidades de entender la conducta humana. Y cada uno de los actores que protagonizan esta comedia, elige una versión distinta.
El dilema es: hay distintas maneras de enfrentar una misma situación, pero cuando estamos frente a la situación, ¿somos libres para elegir qué versión interpretar? ¿O las circunstancias nos condicionan de tal modo que sólo podemos actuar de ese modo que actuamos? "Yo sé que no tengo posibilidad en la vida de verme otra vez", arranca Fernán. Lo que pasó, pasó. "En el tránsito uno tiene la convicción de que no hay otra posibilidad. Uno, frente a una situación que lo angustia o lo preocupa, especula mucho antes de transitarla de tal o cual modo. Pero recién después de haberla atravesado, piensa todo lo que tendría que haber hecho, pero no hizo", reflexiona el actor.
"Echamos culpas afuera, pero en realidad, no son las circunstancias las que nos manejan: uno decide cómo se para frente a las cosas. Tu realidad cambia según dónde te pares. Si tenés la valentía de elegir dónde te parás, las cosas suceden de otra manera. Uno puede elegir. Puede ser cómodo decir que fueron las circunstancias las que determinaron las cosas.
Pero hay que hacerse cargo y bancarse las consecuencias", sostiene Luque. "Creo que la obra propone una cuestión más bien caótica, como la vida. Pero a la vez, no es totalmente azaroso lo que ocurre en la escena.
Muestra cómo uno puede pararse frente a una misma situación teniendo miradas opuestas, sin por eso dejar de ser uno mismo. Porque la vida puede ser de tantas maneras distintas de acuerdo a tu día, a cómo estés plantado, a cómo reacciones frente a algo, a la mirada del otro...", señala Paola. "La obra hace una traslación a lo cotidiano, del modo en que cosmólogos miran el universo", agrega.
"Cada uno de nosotros tiene muchos componentes. En cada versión, uno exacerba un componente y relega otros", aporta Carola. "La obra genera la reflexión de que cada uno es el que decide cómo se para frente a las cosas. Y eso es un trabajo. Todo en la vida es un camino de trabajo. Y estamos en un momento difícil, porque está instalada la idea de que hacés una bien, y sos dios. Sos dios un ratito, pero sos dios... Es siniestro. Pero hay salida, en la generación que viene. Porque no se puede contra lo que uno es", es la opinión de Luque.
La cronista podría haber llegado tarde a la nota, como consecuencia de un retraso. Podría haber equivocado la dirección o haber cancelado el encuentro por alguna situación imprevista.
No pasó eso, pasó otra cosa. Pero sabemos que cada momento que vivimos, único e irrepetible, podría haber sido de otro modo -sabemos eso, si no suponemos que nuestro destino está determinado y, entonces, pasa lo que tiene que pasar-. Borges había imaginado un jardín con senderos que se bifurcan, un invisible laberinto de tiempo, en el que todos los desenlaces ocurren: dos, tres o más versiones de lo mismo, aconteciendo en tiempos divergentes, convergentes y paralelos.
Es literatura fantástica, pero es tentadora la idea de pensar en distintos tiempos y que todos sucedan. Sin embargo, en nuestro limitado conocimiento del mundo, vivimos una sola de versión de las cosas. Saberlo nos vuelve responsables de tratar de actuar, en cada caso, la mejor, ¿no?
Romero: "Lo más difícil es crear armonía"
Los ensayos de la obra suceden, en el barrio de Palermo, en el estudio de Luis Romero, director de la puesta -también dirige Cuatro jinetes apocalípticos, el unipersonal de Mauricio Dayub-. Convocado por el productor Javier Faroni, puso en marcha este proyecto que él mismo tenía ganas de concretar desde hacía tiempo.
"Esta obra me interesa muchísimo", revela Romero, quien ya había trabajado anteriormente sobre un texto de esta misma autora, como director adjunto de Art. "Tres versiones de la vida explora el comportamiento humano. Se hace un planteo, como un tríptico, donde se muestra tres veces la misma situación, con algunas variantes de circunstancias: presenta qué pasa cuando uno se para en otro lugar frente a un mismo acontecimiento.
Habla de los problemas de relación y de conducta. Extrañamente, el tercer acto, que es el final, termina sin tensión y sin conflicto. Hay amenazas, pero predomina una energía que hace que todo se resuelva.
La obra es una metáfora de cómo vivimos y cómo somos: siempre estamos generando conflictos y es difícil salir de ellos. Lo más difícil es crear armonía", expresa Romero acerca del argumento de la obra y de cómo suceden las cosas en la vida. "Es una obra muy abstracta, en el sentido de que no realista", resume el director.
Sin embargo, en la escena que acaban de ensayar, se presentó una situación realista.
Sí, es realista en la puesta ya llevada a cabo. Pero cuando digo "abstracta", me refiero al texto. Al leerlo, uno se encuentra con diálogos en los que no se puede advertir por qué los personajes hacen lo que hacen. Cuando leés la obra, no es fácil interpretar cómo las escenas se llevan a la acción. Eso te obliga a hacer un trabajo de inferencia: llevar el texto a la acción es un desafío muy interesante.
PAOLA KRUM
Protagonizó en teatro "Sueño de una noche de verano", junto a su pareja, Joaquín Furriel. Después vino "Montecristo", el año pasado, en TV. No tiene proyectos para la pantalla chica en el corto plazo. ¿Y Francis Ford Coppola? "El me buscó y tuvimos varios encuentros de trabajo. Fue una sorpresa alucinante. Ahora veremos si me llama para hacer algo o no".
LUIS LUQUE
"Es cansador", dice Luis Luque, quien reparte su tiempo entre los ensayos de "Tres versiones de la vida" y las grabaciones de "Mujeres de nadie" (tira que sale por Canal 13). Lo último que hizo como actor en teatro fue "La nona", en el Alvear. Cuando no lo tienta ninguna propuesta de teatro, "prefiero quedarme con mi mujer y mi hijo (de 19 años)", asegura.
CAROLA REYNA
Integró el elenco de una obra muy exitosa: "La prueba" —con Gabriela Toscano, Pablo Rago y Osvaldo Santoro, dirigidos por Carlos Rivas—, pieza en la que también estaba involucrada la ciencia. El año pasado hizo en televisión "Amas de casa desesperadas". Dice que disfrutó mucho de ese trabajo. "No sé si se hará "Amas de casa..." este año", dice la actriz. Experta en vínculos
REZA, AUTORA CON HISTORIA
Tres versiones de la vida es la quinta obra de la dramaturga francesa Yasmina Reza, que alcanzó su máxima consideración con Art. En 1994, Tres versiones... se presentó en Berlín y en París, donde la autora recibió el premio Molière. En 1998 se estrenó en Broadway y se llevó el Tony a la mejor obra. Nuestro país ya conoció la puesta de una de las obras de Reza. Hace casi diez años se estrenó en el Teatro Blanca Podestá la comedia Art, protagonizada por Ricardo Darín, Oscar Martínez y Germán Palacios. La dirección fue de Mick Gordon.
Silvina Lamazares
slamazares@clarin.com
Pluma exquisita la de Yasmina Reza para indagar en el atrapante mundo de las relaciones. Los vínculos la seducen y la escritura, comprobada ya en sus cinco textos teatrales, se le rinde mansita a los pies para hurgar en las oscuridades de ciertos lazos. Nacida en Francia, logró la universalidad de su mirada para que su desprejuiciada lupa sobre la traición y la mezquindad —entre otros sustantivos recurrentes de su obra— derribara fronteras y llegara a los escenarios de varios países. En Tres versiones..., por caso, echa luz sobre los vínculos desperdiciados en las tinieblas del trajín cotidiano. El dato
El estreno oficial de "Tres versiones de la vida", al que asistirá la prensa e invitados especiales, será el martes de la próxima semana. Pero las funciones para el público arrancarán mañana, en el Multiteatro (Av. Corrientes 1283). La obra subirá a escena de miércoles a viernes a las 21, los sábados habrá dos funciones, a las 21 y a las 23, y los domingos a las 20.
Clarin de hoy. 11/07/2007 |