París, siglo XV. Apogeo del medioevo, del oscurantismo, de la inquisición. Occidente en los umbrales del nuevo mundo.
En la capital de Francia, con la Catedral de Nuestra Señora de París como marco, se desarrolla esta historia. Historia de encuentros y desencuentros, de promesas y venganzas, de pasiones y traiciones; donde nuestra heroína Esmeralda, raptada siendo niña por los gitanos, crece admirada y querida en la Corte de los Milagros, compuesta por lo más marginal de la sociedad: malhechores, malvivientes, ladrones y mendigos, todos estos gobernados por sus “Reyes” Magot y Filipón.
Esmeralda posee un zapatito carmesí, el cual quedará como único objeto de su madre antes de ser raptada; sabiendo que quien posea el otro sería quien le diera la vida. Ella promete no pertenecer a ningún hombre hasta encontrar a su progenitora.
Quasimodo, enamorado de Esmeralda como si esta fuera su hada, deposita en ella la ilusión y sus fantasías más puras; más la tragedia se desencadena el día que Pierre Gringoire, poeta y joven de Provenza llega a París. Este descubre la belleza de Esmeralda al verla bailar en la Plaza de la Catedral; pero no es el único que lo hace, ya que Claudio Frollo-archidiácono de la Catedral y protector de Cuasimodo, hombre apasionado por la ciencia y los astros- es obligado por La Paquete a presenciar el baile de Esmeralda.
A partir de allí la única obsesión de Claudio Frollo será la de poseer a ésta a cualquier precio. Historia de amor y pasiones que concluye cuando Cuasimodo muere ante los ojos de Esmeralda, liberando su cuerpo y convirtiendo su voz en el canto de un ruiseñor.
(Página de Cibrián Mahler)
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