EN "TRES VERSIONES DE LA VIDA" PROPONE UN DUELO ENTRE PAREJAS URBANAS
Otro acierto de Yasmina Reza
"Tres versiones de la vida" de Yasmina Reza. Versión: Fernando Masllonres y Federico González del Pino. Dirección: Luis Romero.
Escenografía: Marcelo Valiente.
Vestuario: Ruth Fischerman.
Iluminación: Claudio Penta.
Actores: Paola Krum, Luis Luque, Fernán Mirás y Carola Reyna. Multiteatro (Corrientes 1283).
Nuevamente el público argentino tiene oportunidad de apreciar una obra de Yasmina Reza, la creadora de "Art", un suceso de público hace más de seis años en nuestro país, precedido de una gira exitosa por el mundo.
El tema de Reza pasa por la pareja, por la conflictiva relación de seres que conviven.
La autora elige una situación cotidiana. Una pareja recibe la visita de otra, un día antes de lo previsto. Es muy importante para el futuro laboral del marido.
Yasmina Reza reproduce por tres la situación en precisos ejercicios de estilo, donde pequeñas variaciones, palabras, silencios mutan su estructura, su desarrollo general.
Daniel y Sonia son un joven matrimonio. Están en pleno proceso de evolución de sus carreras, de su posición en la vida. Mientras Sonia parece consolidada en su actividad, su pareja no encuentra aún la llave que dé a su carrera de científico el toque final de seguridad y consenso entre sus pares que él necesita.
Al comenzar la obra, la pareja trata de delimitar sus posiciones de padres de niño de seis años en situación de capricho nocturno. En plena discusión de deberes y tiras y aflojes de responsabilidades paternas y maternas, el timbre suena y asombrado Daniel se da cuenta que la importante visita de un superior, decisiva para su consolidación profesional, concertada para el día siguiente, se ha adelantado. El asombro y la necesidad de afrontar lo inesperado será la materia que tendrán que aprobar los próximos minutos.
TRES EJERCICIOS
A través de tres ejercicios de cómo puede variar una situación y la multiplicidad de elementos, lenguaje, cultura, ambición, ética y fundamentalmente buen humor que influyen en el motor de los encuentros humanos, la autora, cartesianamente, muestra como su formación gala no es una casualidad en su pasado.
Si Edward Albee hace más de cuarenta años hacía vociferar a sus personajes exhibiendo toda una gama de matices sobre lo peor de las relaciones humanas; el permisible nuevo siglo resuelve incomunicaciones varias con un formidable recurso de ironías, sarcasmos y variantes dialécticas.
Todo puede ser solucionable con exquisita elegancia, filosos pases de cuenta y sutiles silencios y ademanes. Han variado los formatos, pero los choques de ruta existenciales permanecen imperturbables en la condición individual.
La puesta se mantiene dentro de los carriles tradicionales, se centra la obra en los filosos diálogos y en el excelente cuarteto de actores que dan vida a los personajes.
Luis Luque se destaca con Carola Reyna en caracteres que dan un mayor espacio para la elaboración personal, mientras Paola Krum está exacta en esa racional señora que trata de conciliar la maternidad con sus ideales pedagógicos no siempre realizables ante los caprichos de pequeño amante de los animés orientales. Correcto Fernan Mirás.
Isabel Croce
La Prensa
24/07/2007